A pesar de ser hombres disímiles en
tiempo y espacio —el primero nacido en Osaka, 1899; el segundo en 1958,
Shangái— ambos intentan mostrar mujeres hermosísimas que pronto su exceso de
belleza las conducirá a una muerte temprana, quizás como un intento de perdurar
en la jovialidad. Aunque, otras veces, la belleza las condena a una vida en
soledad en busca de un amor de juventud.
Lo espiritual y la sensorialidad son cosas que marcan la literatura de Kawabata. Pareciera que Wong Kar-wai, de cierta forma, adopta esa fuerza literaria dentro de sus obras cinematográficas —aunque nunca ha hablado de alguna influencia del nipón en sus obras— conjurando imágenes comunes que tienen como propósito un deleite visual: las copas de vino están colgando boca abajo, el viento las hace tintilar mientras el sol las hace resplandecer, es lo que diría Kawabata en un hotel de Hawái; de forma precisa, el hongkonés, rodaría este encuentro de belleza en Chunking Express (1994): brillan unos discos de CD en la máquina de estéreo y a su vez una luz rebota de su superficie. Pero, la imagen que en verdad recordé entre el beso incesante de los fulanos en la biblioteca fue: en el cuento Shigure no eki, hay una multitud de esposas, todas ellas, solas, con un paraguas en las manos esperando a sus maridos usando vestidos hermosos.
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Fotografía de Chunking Express (1994) |
Hemos llegado al propósito de
esta nota: In the mood for love cumple 23 años. En un día como ayer, 20 de
mayo, se estaría presentando en Cannes la segunda pieza más importante del cine
contemporáneo, como lo diría la BBC en el 2016: In the mood for love.
El encuentro entre Su Li-zhen y Chow Mo-wan es una carta donde las palabras se entrelazan unas con otras para obtener un éxtasis de lenguaje. Pero, para el orgasmo, debe existir una estimulación de por medio, así sea mínima, para que lo alcancemos. Es aquí donde el álbum del maestro Nat King Cole y el compositor Shigeru Umebayashi cobran su magia. Desde Quizás, quizás, quizás nos preparamos —pero nunca llegamos a estar listos— para la lucha del corazón embriagado de amor que intenta ser aplacado por la espera, la distancia y lo prohibido. Sin embargo, desde Eva y Adán, nos vemos atraídos por lo indebido. Seguro Eva se vio encantada por el aroma que dejo la serpiente al enrollarse en las ramas del fruto no dado.
Aromas, sí. Las cartas llevan un
lugar de destino, y, estos lugares tienen aromas. Por supuesto que los tienen. ¿Cuál
sería el olor de la intimidad, la complicidad de los pasillos carmesí y los
taxis que compartieron Li-zhen y Mo-wan? Sabemos, al menos, que el olor de las calles
nocturnas es uno que anuncia la despedida y el sake.
Ahh, y las texturas. Eso menos hay que olvidarlo. El sobre de la carta de amor se texturiza con la seda de los vestidos florales dando señas de sensualidad. Las olas y serpientes que forma el humo de los cigarrillos. Los rostros en los vidrios que entran en fijeza con muslos desnudos. Lo más extraño de todo, para los hombres apresurados, es: ¿Cómo sucedió este éxtasis y embriaguez de amor sin haber de por medio un cortejo carnal? ¿In the mood for love? grito espiritual del amor irresoluto.
Ficha técnica:Título: In the modo for love.
Título original: 花樣年華 | FA YEUNG NIN WA
Duración: 95 minutos.
País: Hong Kong, China
Estreno en Francia: 20/05/2000
Productora: Block 2 Pictures, Jet Tone Production, Paradis Films.
Distribuidora: AVALON
Director: Wong Kar-wai
Guión: Wong Kar-wai
Reparto: Maggie Cheung, Tony Leung Chiu Wai, Ping Lam Siu, Rebecca Pan, Kelly Lai Chen, Tung Cho Joe Cheung, Man-Lei Chan, Chin Tsi-Ang, Paulyn Sun, Roy Cheung, Christopher Doyle, Kwan Pung-leung, Michael Galasso, Shigeru Umebayashi, Chan Ye-Cheng, William Chang.
Gracias a ti la veré
ResponderBorrarSiempre me ha parecido que lo de Won Kar-Wai es lo sutil como máxima, las formas y el color como evangelio. Qué bella película. Me gustó mucho esa triple comparación del inicio.
ResponderBorrarGracias por la nota-reseña.
Tremenda película 20/10 y GOD
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