Existimos personas las cuales no recordamos cosas de la infancia. Pero hay otras personas las cuales recuerdan el color de su primer juguete, la sensación al abrazar su oso de peluche e incluso que jugaban con un amigo imaginario llamado Red. Aunque, hay cosas que parece que nunca olvidaremos, por ejemplo, que hemos visto una película en donde un hombre quiere robar un banco y todo le sale mal, que aparecen hackers traídos de Alemania para entrar a las computadoras de una empresa millonaria sin ser detectado, que utilizan equipos sofisticados de explosiones y herramientas costosas para forzar bóvedas. Sabemos que vimos una película donde algún perdedor quiere robar un banco, pero no sabemos el nombre de dicha película. Todos quieren robar bancos en las películas, todos somos perdedores que mientras estamos haciendo la fila en un banco miramos alrededor buscando cámaras de seguridad, como si acaso pudiésemos robar algo. Así que no hace falta el querer recordar cuál es el nombre de la p
¿Qué sucedería si Kiarostami, Kaurismäki y Wong Kar-Wai decidieran hacer una película? Tendríamos algo como «Revanche» (2008) de Götz Spielmann. Tendríamos un “hijo” prodigio. La historia nos enfoca en la vida de Alex, un ex convicto que tras salir de prisión comienza a trabajar en un burdel. Allí se enamorará de una prostituta que ha huido de Rusia. Alex quiere nuevamente robar un banco para hacerse una vida, una al lado de ella. Sabemos, desde el principio “hacía dónde va esto”, nada puede salir bien en una historia como ésta, sin embargo, siempre está en nuestro cuerpo la sensación de que algo sucederá, algo que los aleje de la tragedia. Huyen. Y… Sí, «Revanche» trabaja un tema ya quemado. Pero se levanta por encima de ello para demostrar que el realismo austriaco tiene tanto por lo cual brillar. Spielmann sabe qué palabras deben estar en los diálogos para que estos sean inyectados de una tensión que nos haga apretar lo que sea que tengamos a la mano y, al mismo tiempo, que nuestra