Ir al contenido principal

Mundo post-apocalíptico: guerra y contaminación (Nausicaa del valle del viento (1984) de Hayao Miyazaki)

  Paisajes bucólicos, batallas aéreas, personajes intrépidos, “zonas contaminadas” aglutinados en una suerte de cuadro barroco que configura una obra maestra del cien animado, dirigida, como no, por Hayao Miyazaki Nausicaa del valle del viento , estrenada en 1984, presenta un mundo post-apocalíptico devastado por la guerra y la contaminación, donde hombres y mujeres luchan por sobrevivir entre el fuego de la violencia y el avance de la toxicidad. La densidad de este anime sugiere una multiplicidad temática; pudiéramos destacar algunos como: el poder, el sujeto femenino, la guerra; pero el hilo rector es sin lugar a dudas, la naturaleza. La propuesta estética de Miyazaki se fundamenta en presentarnos un paisaje que pendula entre la belleza del verdor y una zona aniquilada por la mano de los seres humanos. Es fácil entender entonces que la narrativa de Nausicaa transmite un mensaje poderoso sobre la necesidad de preservar y proteger a la naturaleza. Lejos de seguir el patrón de los “héro

Declaración de amor al cine [Sobre "La rosa púrpura de El Cairo" (1985) de Woody Allen]

Escrita y dirigida por Woody Allen, La rosa púrpura de El Cairo es una manifestación de amor al cine que pudiéramos emparentar con el concepto carpenteriano de lo real-maravilloso. En ella, es posible que suceda lo impensado, personajes saliendo de la pantalla para vivir “la libertad” de nuestra realidad, y espectadores adentrándose en ella para hacer parte de una película. En el mismo guion de este filme se encuentra una frase relevadora que expone las intenciones estéticas del aclamado cineasta: “Los seres de ficción quieren tener una vida real y los seres reales una vida de ficción”.
La rosa púrpura de El Cairo pertenece a una tendencia extendida a propósito de películas que hablan sobre el cine, pero ésta en particular, lo hace desde la mirada del espectador. Mia Farrow encarna al arquetipo amante del cine cuyas ambiciones son ver todas las películas posibles, aprenderse los diálogos de memoria y secretamente desear ser parte de uno. Woody Allen, conocedor de la fiebre que produce el séptimo arte, crea una película que hace realidad ese sueño.

Corrían los años 30, Estados Unidos vivía la peor crisis financiera del siglo XX, La Gran Depresión. El desempleo masivo había roto cualquier posibilidad de progreso y la gente imbuida en la desesperanza se dedicaba a ver pasar el tiempo. En medio de ese caos, Cecilia (Mia Farrow) encuentra en el cine una forma de resistencia; las películas románticas le hacen olvidar, por un momento, su empleo de camarera en un restaurante de segunda, y el maltrato que recibía de Monk (Danny Aiello), su esposo .

La película circula entre la comedia y el romance; este tránsito es palpable en la aventura efímera entre Tom Baxter (Jeff Daniels) y Cecilia; dos personajes idílicos que se complementan en la medida que el primero, en un acto surrealista, sale de la pantalla para conocer el mundo; y el segundo evade su triste realidad viendo insistentemente la misma película.

El aterrizaje de Baxter en el New Jersey de la época lo lleva a padecer las dificultades de la vida real; el dinero de utilería que carga en sus bolsillos no sirve para pagar la cena, pero a la vez disfruta de los besos de Cecilia sin que se corten las escenas. Cecilia, siguiendo el carácter fantástico de la película, ingresa a la pantalla y conoce de primera mano los artificios cinematográficos que producen el arte del cine.
Soterradamente se abordan temas como el machismo, la pobreza, la prostitución, el miedo al Comunismo, como telón de fondo para agravar el contexto donde habitan los personajes, pero todo bajo una cortina transparentada porque el foco de la película se mantiene sobre Cecilia y su viaje de la “realidad” a la ficción.

La rosa púrpura de El Cairo es una declaración de amor al cine. Woody Allen crea una obra que transmite al espectador la pasión, su propia pasión por el oficio de crear universos ficcionales que por momentos nos aíslan, como a Cecilia, de nuestra propia realidad.

Ficha técnica:
Título original: The Purple Rose of Cairo
Año: 1985
Duración: 85 min.
País: Estados Unidos
Director: Woody Allen
Guion: Woody Allen
Reparto:
Mia Farrow, Jeff Daniels, Danny Aiello, Dianne Wiest, Van Johnson, Irving Metzman, Stephanie Farrow, Zoe Caldwell, John Wood, Milo O'Shea, Edward Herrmann
Música: Dick Hyman
Fotografía: Gordon Willis
Productora: Orion Pictures
Género: Romance, comedia.

Comentarios

  1. Todos, quienes amamos el cine y vemos allí una forma de escape, somos una especie de Mia Farrow que busca su dosis de Tom Baxter. Anhelamos una salida ante el caos, o la monotonía, de nuestras realidades.
    Gracias por la reseña.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

El abismo de la maldad [Sobre "Anticristo" (2009) de Lars Von Trier]

Se levanta el telón y da paso a la manifestación de la maldad. Von Trier nos propone, a través de su película "Anticristo", la convivencia entre la belleza del placer y el horror de la tragedia. Con un prólogo en blanco y negro, entra en escena el primer acto de la función. "Anticristo" tiene como eje central narrativo la historia de un matrimonio atormentado, que ha sufrido una terrible desgracia e intenta recomponer sus vidas mediante una terapia atípica. El marido, que sobrelleva estoicamente la situación, se compromete a utilizar su experiencia como psicólogo para ayudar a su esposa a superar sus miedos. Todos estos miedos son imaginarios, pero el que más la asusta podría tener un componente real. De esta manera, podríamos resumir el argumento de la película. Sin embargo, la profundidad de la película radica en la construcción de los axiomas que acompañan el ideario de la naturaleza humana y su autodestrucción. "Anticristo" se puede catalogar como un p

Amor y horror: otras formas vampíricas [Sobre "Déjame entrar" (2008) de Tomas Alfredson]

No imaginó Bram Stoker que la publicación de su Drácula a finales del siglo XIX desencadenaría una tendencia cinematográfica inagotable basada en el mito vampírico. Desde la ópera prima del género: Nosferatu (1922) de FW Murnau, pasando por vampiros intergalácticos en Planeta sangriento (1966) de Curtis Harrington hasta cazadores de vampiros en Blade (1998) de Stephen Norrington, el cine ha explorado todas las formas posibles de recrear el arquetipo del chupa sangre. Peligrosamente pudiera afirmar que el Drácula de Francis Ford Coppola, encarnado por el grandioso Gary Oldman marcó la estética del vampiro contemporáneo: apuesto, intelectual, romántico, caballeroso, pero también despiadado y sanguinario; una mezcla característica de algunas películas posteriores a la adaptación de la novela del escritor irlandés. Sin embargo, de vez en cuando aparecen filmes que, aunque respondan a los rasgos comunes del conde: alimentarse de sangre, poderes sobrenaturales como trepar paredes y la l

El espejo de las quimeras: una ola queer [Sobre «Una mujer fantástica» (2017) de Sebastián Lelio]

«Habilidad para el olvido. Algo normal en quien viva en el país en el que vivo» Granuja, AK 47. Álbum: Rap y hierbas (2017) Pensemos que alguien ha pedido hacer una apreciación sobre una pieza de arte. Si se tratara de una pintura, en algunos casos, se habla de un tableau vivant con alguna obra de teatro o fotografía que se asemeje al cuadro; desde un campo técnico, otros expondrían el propósito del degradado, la texturización, saturación y colorizacion que hay en cierto objeto o cuerpo y cómo este le permite, al autor, crear un estilo propio. En cambio, si se realiza una apreciación sobre un filme, la cosa cambia un poco. Hay verbos que con frecuencia suelen ser utilizados ―a veces se usan otras palabras, sin embargo, anuncia un mismo fin semántico―: retratar, personificar, documentar, construir. Por ejemplo, si evocamos el cine de Sara Gómez, la pensaríamos como una directora que cumple el rol de una Mucara que a través del lente retrata al individuo cubano deconstruyendo valores de