Estás sentado; frente de ti, sobre la mesa, hay un cubo de Rubik. Sólo puedes ver el lado frontal del cubo. No puedes moverlo; ni tocarlo. Pero si te levantas, podrás ver un lado distinto; el lado de visión paralelo al suelo. Si continúas moviéndote, mirarás los lados faltantes. Pero, hay un lado que no podrás ver: el que está boca abajo, en la mesa. Así es «Climax» de Gaspar Noé. Un Rubik que no puede ser tocado. Completado —y que no quiere serlo—. La cinta es clara. Pero, solo en una cosa: está escrita y filmada basada en sucesos reales. Pero, parece no estar dispuesta a contar algo. Sino, en mostrar. Gaspar Noé. Es cierto que los personajes hablan —y bailan— en lugares distintos del edificio, tanto que sorprende que los otros no escuchen. ¿Qué tan grande se hace la habitación, el hogar como para no sentirnos tan cercanos con el otro aún de que las voces en el espacio son audibles? El baile inicial, tras terminar el prelude de la cinta, donde los entrevistan, parece no tener mu...
A contracorriente de los discursos reivindicadores contemporáneos sobre género, orientación sexual e identidad, persiste un concepto problemático por su ambivalencia y su carácter impositivo: tomboy. Término norteamericano utilizado como estereotipo para señalar a las niñas y jóvenes con tendencias masculinas.
Céline Sciamma, guionista y directora de cine francesa ha manifestado un interés particular por escribir historias (Naissanee des pieuvres – 2007, Pauline - 2009) donde sus personajes femeninos transitan de la niñez a la adolescencia y los problemas de construcción identitaria y sexual que trae consigo esa edad. Por lo que en abril del 2011 se estrena en las salas de cine su segundo largometraje: Tomboy, una película que supone una apuesta artística por abordar una expresión de género marginada por tendencias hegemónicas que se sustentan en el binarismo.
La historia transcurre en un vecindario al que recientemente se muda Laure (Zoe Héran) con su familia. Ella es una niña de 10 años que ha comenzado a adoptar formas masculinas. Dispuesta a identificarse y ser identificada como niño, decide vestirse y comportarse como uno de ellos, a eso le suma un nombre: Mickael.
Este juego en apariencia inocente lleva a Laure a mirarse al espejo y recorrer su cuerpo para autoreconocerse como niño, no solo porque tenga el pelo corto y sus senos aún no hayan aparecido en su pecho, sino porque así lo siente. Solo le falta un pene para que su transformación sea completa, por lo que fabrica uno de plastilina para “reemplazar” su vagina.
Armada con todos los atributos varoniles culturalmente reconocidos y aceptados se embarca en la vivencia de experiencias duales femeninas/masculinas como jugar fútbol, maquillarse, pelear con un niño y hasta besar a otra niña. La vida es perfecta, en la casa es Laure y en la calle es Mickael.
Pero el juego acaba pronto, su madre, enterada de la existencia de Mickael decide ponerle fin. Obliga a Laure a ser Laure y comienza poniéndole un vestido y contándole la “verdad” a sus amigos y a Lisa (Jeanne Disson) la niña con la que experimenta una atracción amorosa. Con esta exposición su madre intenta poner las cosas en orden, pero los deseos humanos superan las imposiciones sociales. Laure ha cruzado una línea y aunque exteriormente ya no se le permita ser Mickael, en su interior lo sigue siendo.
Tomboy es una apología a la libertad de escoger lo que queremos ser. Sciamma consciente de la necesidad de crear espacios de discusión a propósito de la construcción de la identidad, se preocupa por elaborar a un personaje arquetípico que representa esta expresión de género propia de muchas mujeres marginadas históricamente por ser "diferentes".
Ficha técnica:
Título original: Tomboy
Año: 2011
Duración: 84 minutos
País: Francia
Director: Céline Sciamma
Guion: Céline Sciamma
Reparto: Zoe Héran, Jeanne Disson, Mathieu Demy, Sophie Cattani, Malonn Lévana.
Música: Benédicte Couvreur
Fotografía: Crystel Fournier
Productores: Hold Up Films; arte France Cinema, Lilies Films.
Género: Comedia, Drama.
La forma en Céline Sciamma retrata este drama es tremendamente hermosa. Una visión femenina y tierna recorre todo la película de principio a fin: la primera escena aprendiendo a conducir un auto desde las piernas de su padre, las conversaciones con su hermana menor, el baile con Lisa, los juegos infantiles, los primeros planos del final. Todo perfecto en Tomboy.
ResponderBorrarQué buena reseña, Gabriel.
GOD
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