Ir al contenido principal

El dolor de tener que crecer [Sobre "Nueve reinas" (2000) de Fabián Bielinsky]

Existimos personas las cuales no recordamos cosas de la infancia. Pero hay otras personas las cuales recuerdan el color de su primer juguete, la sensación al abrazar su oso de peluche e incluso que jugaban con un amigo imaginario llamado Red. Aunque, hay cosas que parece que nunca olvidaremos, por ejemplo, que hemos visto una película en donde un hombre quiere robar un banco y todo le sale mal, que aparecen hackers traídos de Alemania para entrar a las computadoras de una empresa millonaria sin ser detectado, que utilizan equipos sofisticados de explosiones y herramientas costosas para forzar bóvedas. Sabemos que vimos una película donde algún perdedor quiere robar un banco, pero no sabemos el nombre de dicha película. Todos quieren robar bancos en las películas, todos somos perdedores que mientras estamos haciendo la fila en un banco miramos alrededor buscando cámaras de seguridad, como si acaso pudiésemos robar algo. Así que no hace falta el querer recordar cuál es el nombre de la p

Géneros en construcción: opacidades identitarias [Sobre «Tomboy» (2011) de Céline Sciamma]

A contracorriente de los discursos reivindicadores contemporáneos sobre género, orientación sexual e identidad, persiste un concepto problemático por su ambivalencia y su carácter impositivo: tomboy. Término norteamericano utilizado como estereotipo para señalar a las niñas y jóvenes con tendencias masculinas.
Céline Sciamma, guionista y directora de cine francesa ha manifestado un interés particular por escribir historias (Naissanee des pieuvres – 2007, Pauline - 2009) donde sus personajes femeninos transitan de la niñez a la adolescencia y los problemas de construcción identitaria y sexual que trae consigo esa edad. Por lo que en abril del 2011 se estrena en las salas de cine su segundo largometraje: Tomboy, una película que supone una apuesta artística por abordar una expresión de género marginada por tendencias hegemónicas que se sustentan en el binarismo.
La historia transcurre en un vecindario al que recientemente se muda Laure (Zoe Héran) con su familia. Ella es una niña de 10 años que ha comenzado a adoptar formas masculinas. Dispuesta a identificarse y ser identificada como niño, decide vestirse y comportarse como uno de ellos, a eso le suma un nombre: Mickael.


Este juego en apariencia inocente lleva a Laure a mirarse al espejo y recorrer su cuerpo para autoreconocerse como niño, no solo porque tenga el pelo corto y sus senos aún no hayan aparecido en su pecho, sino porque así lo siente. Solo le falta un pene para que su transformación sea completa, por lo que fabrica uno de plastilina para “reemplazar” su vagina.
Armada con todos los atributos varoniles culturalmente reconocidos y aceptados se embarca en la vivencia de experiencias duales femeninas/masculinas como jugar fútbol, maquillarse, pelear con un niño y hasta besar a otra niña. La vida es perfecta, en la casa es Laure y en la calle es Mickael.


Pero el juego acaba pronto, su madre, enterada de la existencia de Mickael decide ponerle fin. Obliga a Laure a ser Laure y comienza poniéndole un vestido y contándole la “verdad” a sus amigos y a Lisa (Jeanne Disson) la niña con la que experimenta una atracción amorosa. Con esta exposición su madre intenta poner las cosas en orden, pero los deseos humanos superan las imposiciones sociales. Laure ha cruzado una línea y aunque exteriormente ya no se le permita ser Mickael, en su interior lo sigue siendo.
Tomboy es una apología a la libertad de escoger lo que queremos ser. Sciamma consciente de la necesidad de crear espacios de discusión a propósito de la construcción de la identidad, se preocupa por elaborar a un personaje arquetípico que representa esta expresión de género propia de muchas mujeres marginadas históricamente por ser "diferentes".

Ficha técnica:

Título original: Tomboy
Año: 2011
Duración: 84 minutos
País: Francia
Director: Céline Sciamma
Guion: Céline Sciamma
Reparto: Zoe Héran, Jeanne Disson, Mathieu Demy, Sophie Cattani, Malonn Lévana.
Música: Benédicte Couvreur
Fotografía: Crystel Fournier
Productores: Hold Up Films; arte France Cinema, Lilies Films.
Género: Comedia, Drama.

Comentarios

  1. La forma en Céline Sciamma retrata este drama es tremendamente hermosa. Una visión femenina y tierna recorre todo la película de principio a fin: la primera escena aprendiendo a conducir un auto desde las piernas de su padre, las conversaciones con su hermana menor, el baile con Lisa, los juegos infantiles, los primeros planos del final. Todo perfecto en Tomboy.
    Qué buena reseña, Gabriel.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

El abismo de la maldad [Sobre "Anticristo" (2009) de Lars Von Trier]

Se levanta el telón y da paso a la manifestación de la maldad. Von Trier nos propone, a través de su película "Anticristo", la convivencia entre la belleza del placer y el horror de la tragedia. Con un prólogo en blanco y negro, entra en escena el primer acto de la función. "Anticristo" tiene como eje central narrativo la historia de un matrimonio atormentado, que ha sufrido una terrible desgracia e intenta recomponer sus vidas mediante una terapia atípica. El marido, que sobrelleva estoicamente la situación, se compromete a utilizar su experiencia como psicólogo para ayudar a su esposa a superar sus miedos. Todos estos miedos son imaginarios, pero el que más la asusta podría tener un componente real. De esta manera, podríamos resumir el argumento de la película. Sin embargo, la profundidad de la película radica en la construcción de los axiomas que acompañan el ideario de la naturaleza humana y su autodestrucción. "Anticristo" se puede catalogar como un p

Amor y horror: otras formas vampíricas [Sobre "Déjame entrar" (2008) de Tomas Alfredson]

No imaginó Bram Stoker que la publicación de su Drácula a finales del siglo XIX desencadenaría una tendencia cinematográfica inagotable basada en el mito vampírico. Desde la ópera prima del género: Nosferatu (1922) de FW Murnau, pasando por vampiros intergalácticos en Planeta sangriento (1966) de Curtis Harrington hasta cazadores de vampiros en Blade (1998) de Stephen Norrington, el cine ha explorado todas las formas posibles de recrear el arquetipo del chupa sangre. Peligrosamente pudiera afirmar que el Drácula de Francis Ford Coppola, encarnado por el grandioso Gary Oldman marcó la estética del vampiro contemporáneo: apuesto, intelectual, romántico, caballeroso, pero también despiadado y sanguinario; una mezcla característica de algunas películas posteriores a la adaptación de la novela del escritor irlandés. Sin embargo, de vez en cuando aparecen filmes que, aunque respondan a los rasgos comunes del conde: alimentarse de sangre, poderes sobrenaturales como trepar paredes y la l

El espejo de las quimeras: una ola queer [Sobre «Una mujer fantástica» (2017) de Sebastián Lelio]

«Habilidad para el olvido. Algo normal en quien viva en el país en el que vivo» Granuja, AK 47. Álbum: Rap y hierbas (2017) Pensemos que alguien ha pedido hacer una apreciación sobre una pieza de arte. Si se tratara de una pintura, en algunos casos, se habla de un tableau vivant con alguna obra de teatro o fotografía que se asemeje al cuadro; desde un campo técnico, otros expondrían el propósito del degradado, la texturización, saturación y colorizacion que hay en cierto objeto o cuerpo y cómo este le permite, al autor, crear un estilo propio. En cambio, si se realiza una apreciación sobre un filme, la cosa cambia un poco. Hay verbos que con frecuencia suelen ser utilizados ―a veces se usan otras palabras, sin embargo, anuncia un mismo fin semántico―: retratar, personificar, documentar, construir. Por ejemplo, si evocamos el cine de Sara Gómez, la pensaríamos como una directora que cumple el rol de una Mucara que a través del lente retrata al individuo cubano deconstruyendo valores de