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Parece que no te conoces a ti mismo, chico [Sobre «The Lighthouse» (2019) de Robert Eggers]

Hace poco terminé de leer «Azul casi transparente» de Ryu Murakami y «Agujero» de Hiroko Oyamada. Ryu incluía una serie de canciones en la novela. El paisaje sonoro que él hizo que existiera dentro de ella me llevó a comprenderla como una gran pieza musical redonda, más que una obra literaria en sí misma. Cuando estuve a la mitad de Azul casi transparente, imaginé que los libros podrían ser recordados como canciones, que el nombre de todas las canciones, son, en realidad, el rostro de alguien. Con The Lighthouse (2019) de Robert Eggers, los personajes dicen poco —o casi nada— mediometraje. En su lugar, lo único que tiene sitio son los sonidos de conjuntos vacíos. Si no existe una música en el film, ¿con qué única, y última imagen, será recordado? El uso del espacio y los conjuntos vacíos en The Lighthouse son incómodos. Cuando la vi por primera vez, esperé que ese formato cuadrado en el que era filmado, fuese sencillamente un prelude . Un ejercicio de cine de autor .  La miré, po...

Hmmm, bueno, me tengo que ir [Sobre «Pearl» (2022) de Ti West]

«Tengo todo lo que cualquier hombre o ángel podría desear: hermosos recuerdos del pasado. Cuadros, juguetes. Juguetes». De esta forma inicia la narración en Ziegfeld Follies (1945), con una exposición de la felicidad. Pero a todos nos aburre la exposición de la felicidad, la del otro, claro. La nuestra nunca. Nos golpeamos intentando perseguirla, buscando recuerdos de una infancia feliz, sin embargo, nunca los encontramos. Entonces, ¿Qué sucede con el hombre tras fracasar en esta busqueda? Pearl (2022) de Ti West es nuestra respuesta.

Pearl es una película de terror psicológico que sigue la vida de una mujer granjera que sueña con ser una estrella de cine, una Palace Follie. Tendrá que tomar una decisión perturbadora si quiere conseguirlo, ella ya sabe lo que tiene que hacer. Se ha estado preparando para ello secretamente.

Nos encontramos con esta mujer en una habitación. Se mira en un espejo de tres vías. Se acomoda el cintillo de su cabello. Lleva un hermoso vestido rosado. Se escucha un chasquido. La habitación se oscurece, no se logra ver en el espejo más que su silueta. Es aquí donde Ti West utilizará por primera vez en todo el film una fotografía de alto contraste y bajas sombras sobre los colores azul y rojo para crear fotogramas asfixiantes y de atmósferas opresivas.


Afuera de la habitación, de la casa, la cosa cambia: hay colores luminosos, animales caminando como si disfrutaran la vida, el trigo toma un hermoso tono dorado. Esto significa que la vida allá afuera es prometedora, de un futuro brillante. O al menos eso es lo que cree Pearl.

Lo cierto es que no podrá ser bailarina por más que haya practicado con su audiencia durante 15 años. Su público le dice que es muy buena y ella les cree, pues son un jurado exigente: el Señor Pato, Cabra, y Señor Ganado. El más duro de satisfacer es el Señor Pato así que Pearl con el tiempo se cansa de él y lo apuñala con una horca.

Apuñala al amante que conoció en el cine con la misma horca; arrancará las extremidades de su cuñada Mitsy con un hacha. Cada asesinato que realizará a lo largo del film será por medio de los elementos con los cuales ha estado familiarizada toda su vida. Y es que el asunto no está en asesinar solo por el motivo de conseguir ser una bailarina, sino para explorar su verdadero yo a través de las cosas que la han atormentado y agobiado toda su vida. El asesinar con esos objetos le permite llevar a la carne del otro lo que ella tiene que soportar: su fracaso en la vida.

Antes de cometer cada asesinato miraremos a una Pearl indefensa, una que intenta a través de palabras y lágrimas expresar sus sentimientos hasta el punto de que simpaticemos con su condición. Pero esto no es suficiente para ella; las palabras no alcanzan para expresar su dolor, su agonía, por ello recurrirá a lo que siempre ha sido: una follie perversa.

Sí, puede ser preocupante que al menos yo simpatice con una persona tan malvada y desquiciada como Pearl, pero, la Pearl por la que simpatizo es aquella que se mostraba en el espejo de tres vías al iniciar el film: una mujer que solamente busca sentirse amada, que le importe a alguien lo suficiente como para que no quieran abandonarla al descubrir quién es realmente, por sentir de la forma en la que siente. Que aprendan a ser perdedores porque ella nunca ha ganado algo, porque nadie ha sufrido más que ella.

Ti West a través del personaje de Pearl explora la urgencia femenina de la mujer del campo por ser una estrella hollywoodense en los años 50. Nos podríamos hacer la pregunta habitual tras mirar la construcción narrativa del personaje Pearl: ¿mujer escrita por un hombre o mujer no diagnosticada? Lo cierto es que Ti West crea un guion de histeria y paranoia femenina el cual Mia Goth sabe darle la fuerza visual que necesita y la ternura que desembocan en la violencia gráfica. No obtendríamos mucho en sobrepensar la pregunta; la trama crea unos símbolos que están, no se pueden cambiar, sino, llevarlos a la piel de la pantalla, del cine. Hablo de la femine interrupted. Gone girl.

West quiere volver a los tiempos del terror americano de violencia gráfica vinculada a los pueblos y condados más remotos porque es allí justamente donde no debería “pasar nada”. La violencia gráfica aquí es de un terror del cine del Hollywood dorado: usar el hacha para quitar extremidades; usar el hacha para encarnar los celos y el narcicismo del personaje; tener inclinaciones sexuales por objetos inamovibles; las víctimas son utilizadas para alimentar a los cocodrilos o mascotas de nuestro slasher; las victimas mujeres corren y se tropiezan por sus tacones. Todos dicen «Hmm, bueno, me tengo que ir» y es ahí donde comienza la persecución. La matanza.

Pearl es un film que brilla hermosamente. Es una pequeña joya dentro de su género. Pero si me lo preguntaran, el momento más bello de toda la película es justamente la asfixia que sentirá el espectador en la escena final: ha regresado Howard de la guerra, entra a la casa de Pearl, encuentra a sus suegros sentados en la mesa, con el rostro putrefacto de los muertos, Pearl sale de la cocina. Dice “I’m so happy you’re home”. El plano se concentra en su rostro. Sonríe forzadamente, no sabe cómo sostener la sonrisa. Sus mejillas, su nariz, enrojecen. Sabe que Howard la abandonará y comienza a derramar lagrimas mientras sostiene una sonrisa tenebrosa.

Ficha técnica:
Dirección: Ti West
Guion: Ti West, Mia Goth
Música: Tyler Bates, Tim Williams
Fotografía: Eliot Rockett
Reparto: Mia Goth, David Corenswet, Tandi Wright, Matthew Sunderland, Emma Jenkins- Purro.
Compañías: 24, Little Lamb.


Comentarios

  1. Juan, muy buena reseña. Me gusta mucho ese análisis que haces sobre los colores en Pearl. También me parece muy pertinente eso pensarse si lo que vemos es la visión de un hombre o si simplemente es una mujer no diagnosticada, aunque la respuesta tal vez no sea tan necesaria. Excelente.

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  2. Interesante, me gusta como a trasvez de todas las películas, se busca un edificación de la teoría de Freud.
    Los colores, el respaldo de su propia persona. Espero gozar de esta presentación.

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    Respuestas
    1. Pensaría que además de la edificación freudiana hay una necesidad del cine en explorar la naturaleza humana. Esta exploración desencadena en retratos de identidad, radiografías de sentimientos, onirismos. Es pensar que confluye, en nosotros, todo lo existente: la maldad y la bondad; el amor y el abandono.

      Sé qué podrás disfrutar la presentación este viernes; yo he visto algunas de ellas por tercera vez al darlas en el cine club y siempre termino divirtiéndome mucho.

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  3. Tal vez sea buena porque la directora tiene el apellido west, como kanye west

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    1. Sí esa es la cuestión, espero con muchas ansías encontrar a otro director —o directora— que lleve en su apellido el 'Kar-Wai', 'Kinugasa' y el 'Kawabata'.

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