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Toma, completa el cubo de Rubik [Sobre «Climax» (2018) de Gaspar Noé]

  Estás sentado; frente de ti, sobre la mesa, hay un cubo de Rubik. Sólo puedes ver el lado frontal del cubo. No puedes moverlo; ni tocarlo. Pero si te levantas, podrás ver un lado distinto; el lado de visión paralelo al suelo. Si continúas moviéndote, mirarás los lados faltantes. Pero, hay un lado que no podrás ver: el que está boca abajo, en la mesa. Así es «Climax» de Gaspar Noé. Un Rubik que no puede ser tocado. Completado —y que no quiere serlo—. La cinta es clara. Pero, solo en una cosa: está escrita y filmada basada en sucesos reales. Pero, parece no estar dispuesta a contar algo. Sino, en mostrar. Gaspar Noé. Es cierto que los personajes hablan —y bailan— en lugares distintos del edificio, tanto que sorprende que los otros no escuchen. ¿Qué tan grande se hace la habitación, el hogar como para no sentirnos tan cercanos con el otro aún de que las voces en el espacio son audibles? El baile inicial, tras terminar el prelude de la cinta, donde los entrevistan, parece no tener mu...

El pez de piedra [Sobre «Audition» (1999) de Takashi Mike]

 

El filme Audition de Takashi Miike puede categorizarse como un delirio onírico. La historia narra la vida de un hombre viudo que, impulsado por el deseo de rehacer su vida sentimental, organiza junto a un amigo una audición para una película inexistente con el fin de encontrar a la candidata perfecta para casarse. Sin embargo, lo que no imagina es que este proceso lo llevará a un infierno sangriento, cuyas consecuencias resultarán terriblemente dolorosas.

Al reflexionar sobre la propuesta del filme, se pueden identificar diversas temáticas relevantes y significativas que merecen un análisis detenido. Quiero centrarme, sin embargo, en el rol femenino y las dualidades existenciales que el director nos invita a confrontar, como la virginidad casta y la violencia sádica. Al observar el mecanismo que utiliza Aoyama para buscar novia, se revela un entendimiento de la mujer como objeto, lo que implica una despersonalización de su esencia humana; una deshumanización que sugiere que la presencia del mal es, de alguna manera, femenina.

Por otro lado, la película plantea una necesidad imperiosa de interpretar cada uno de sus elementos. Imágenes como el teléfono, las ensoñaciones y el baile como forma de purificación nos conducen a la labor de desvelar el entramado de la historia. Al adentrarnos en la exégesis del filme, surge la necesidad de encontrar explicaciones para cada aspecto presentado, y a menudo se incurre en el error de asumir como evidentes lo que aparece a primera vista. Takashi Miike, sin embargo, transfigura lo que parece una historia romántica con rasgos dramáticos en una realidad hiperbolizada, donde las formas perversas terminan asustando por su cruda frivolidad. Así, Audition se convierte en una película inquietante, estimulante y ferozmente radical.

A partir de lo anterior, es evidente que la pieza audiovisual nos lleva a optar por una interpretación dicotómica, a menudo sin permitirnos bucear en el mar de lo borroso que trasciende la simple cuestión de los grises. De este modo, la película nos incita a tomar una postura en una dualidad bifurcada: la abyección y la tortura. No obstante, es fundamental destacar que esta interpretación, más allá de dicha dualidad, queda en nuestras manos. La clave interpretativa siempre estará en la mirada del espectador, pues el acto de elegir es totalmente personal. Al igual que en El túnel de Sábato, seleccionar una interpretación sobre otra pone de manifiesto nuestros propios mecanismos de análisis, que surgen de la película a través de nuestra visión del mundo.

En conclusión, Audition es un drama psicodélico marcado por la sordidez del entorno que habitan sus protagonistas, revelando el horror que se vive en la realidad cotidiana. Asami se presenta como una mujer vengativa, un arquetipo común en el cine japonés; sin embargo, la forma perversa en que se desarrolla la historia cautiva por su auténtica frialdad, constituyendo una receta perfecta para una película de horror con un trasfondo profundamente sustancial.

Año: 1999
País: Japón
Duración: 115 minutos
Director: Takashi Mike
Protagonistas: Ryo Ishibashi, Eihi Shiina
Guion: Dasuke Tengan (Novela: Ryu Murakami)
Fotografía: Hideo Yamamoto
Música: Koji Endo
Género: Terror
Distribuidora: AMANDA FILMS SL


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