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Luna negra [Sobre «Perro come perro» (2008) de Carlos Moreno]

    A pesar de que el cine colombiano parece obsesionarse con los mismos temas, y sus jergas y estéticas ya suenan a sonsonete, Perro Come Perro tiene méritos tanto audiovisuales como narrativos que merecen ser destacados. La película de Carlos Moreno se aleja de la línea de sus predecesoras más conocidas, como Vendedora de Rosas (1998) y La virgen de los sicarios (2000), y propone algo diferente. Lejos de ser solo una película de cine negro, sobre gangsters o policiaca, funciona como un estudio profundo de personajes, meticulosamente construidos, que habitan el mundo del hampa. La propuesta de Perro Come Perro no se limita a ser una mera historia de crímenes y violencia, sino que explora las motivaciones humanas detrás de las decisiones y traiciones dentro de este universo. La película se distingue por su enfoque en la psicología de sus personajes. Estos, aunque inmersos en un ambiente de corrupción, violencia y tráfico, están definidos con rigor, lo que les otorga una ...

Distopía de una alienación circundante [Sobre «Rodrigo D: No futuro» (1990) de Víctor Gaviria]

En el marco de un entorno hostil, de ciclos de violencia productos del conflicto armado en Colombia entre guerrillas, narcotraficantes, paramilitares y el asedio discriminado de las Fuerzas Armadas, se genera una atmósfera opresiva donde los jóvenes de la época se confrontan con un futuro poco estimulante.
En este contexto, se erige un drama crudo sobre las miserias humanas recreado por Víctor Gaviria, en donde haciendo uso de la técnica del neorrealismo italiano lleva a la pantalla grande la vida de un muchacho de las comunas de Medellín; ese espacio en el que un grupo de jóvenes se mueve desde el ideario de la supervivencia, por medio de un país configurado por unos entresijos de este laboratorio de caos; marcado por un signo recurrente llamado violencia, que al final termina plasmado en Rodrigo D: No futuro.
Es así como el director valiéndose de su acervo literario y cultural congrega a través la música el espacio armónico donde Rodrigo, como joven marginado, busca crear un universo idílico en el cual los sonidos del punk, el metal y los ruidos de la ciudad lo desliguen de esa realidad que lo oprime, lo llama y lo excluye; que el contenido de estos ritmos antisistema y su decadente luminiscencia se transfiguren para Rodrigo en un estilo de vida.
Ante este panorama, Rodrigo se encuentra en una búsqueda incesante de los espacios, momentos y personas que lo conecten a su madre, que le permitan ocupar ese vacío existencial. Sin embargo, no es suficiente porque no tiene los medios para conseguir su instrumento (batería), y partir de ahí, sin una salida lógica la muerte dentro de su lógica material le permite un escape.

De esta manera, con algo tan simple como real, se condensa una poética y una estética de la sagacidad de la muchachada, la contramarea del entorno, la explosión de la música. En efecto, con Rodrigo D. No futuro se enseña que la pobreza y la juventud son potentes condicionantes en la anulación de las proyecciones humanas.

Ficha técnica:

Título original: Rodrigo D: No futuro
Año: 1990
Duración: 91 minutos.
País: Colombia.
Director: Victor Gaviria.
Reparto: Ramiro Meneses, Carlos Mario Restrepo, Jackson Gallego, Vilma Díaz, Óscar Hernández
Productora: Focine, Tiempos Modernos
Guión: Víctor Gaviria, Fernando Calderón, Angela Pérez.
Música: German Arrieta
Sonido: Gustavo de la Hoz

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