Ir al contenido principal

Toma, completa el cubo de Rubik [Sobre «Climax» (2018) de Gaspar Noé]

  Estás sentado; frente de ti, sobre la mesa, hay un cubo de Rubik. Sólo puedes ver el lado frontal del cubo. No puedes moverlo; ni tocarlo. Pero si te levantas, podrás ver un lado distinto; el lado de visión paralelo al suelo. Si continúas moviéndote, mirarás los lados faltantes. Pero, hay un lado que no podrás ver: el que está boca abajo, en la mesa. Así es «Climax» de Gaspar Noé. Un Rubik que no puede ser tocado. Completado —y que no quiere serlo—. La cinta es clara. Pero, solo en una cosa: está escrita y filmada basada en sucesos reales. Pero, parece no estar dispuesta a contar algo. Sino, en mostrar. Gaspar Noé. Es cierto que los personajes hablan —y bailan— en lugares distintos del edificio, tanto que sorprende que los otros no escuchen. ¿Qué tan grande se hace la habitación, el hogar como para no sentirnos tan cercanos con el otro aún de que las voces en el espacio son audibles? El baile inicial, tras terminar el prelude de la cinta, donde los entrevistan, parece no tener mu...

“No. No soy tu Moudan” [Sobre «Suzhou River» (2000) de Lou Ye]

 

El río corre tranquilo, alrededor: miles de rostros anónimos contemplan el eterno viaje de las aguas. Parece benévolo, pero en sus profundidades se esconde el misterio. Este río, como los paisajes propios del Romanticismo, no es un mero telón de fondo, tiene vida propia y define el destino de las personas.

Suzhou River es un film simple en apariencia, experimental y cargado de intriga, donde es posible apreciar dos historias que terminan siendo una sola. De entrada, esperas la de un videocamarógrafo (una voz en off) y Meimei, una bailarina que hace de sirena en un bar de mala muerte. Por momentos, su tristeza evanescente y sin razón, la equipara con la Alejandra de Sobre héroes y tumbas. Pero enseguida, un giro inesperado; la voz comienza a contar la historia de Mardar y Moudan. Él, un mensajero que recorre en una motocicleta robada las calles sórdidas de Shanghái. Ella, una niña de 16 años que cae perdidamente enamorada. Los viajes que realizan por la ciudad nos muestran otra cara de China: callejones oscuros, construcciones en ruinas, gentes yendo sin rumbo; al fondo, el río que espera con paciencia.



Lou Ye construye este drama a partir de imágenes pegadas en el tiempo; esa voz que ya he mencionado cuenta desde el presente lo que ha sucedido en un pasado ajeno que por una suerte de artilugio termina unido a su propio presente. Ese acto mágico toma vida con Meimei y Moudan. Las “mismas” pero distintas llevan a que Mardar transite por un círculo donde la memoria puja por no sucumbir en el olvido. Moudan ya había dado su sentencia: “regresaré convertida en sirena” y es una sirena (Meimei) la que lo deja en suspendido en un limbo, hasta que el río le cobra las desventuras vividas por la chiquilla enamorada.


El plano estético (la belleza visual) creado por el director chino tal vez sea lo que más se destaca de la película. Por un lado, se presentan los contrastes entre el cemento y la naturaleza. La quietud del río y el caos que reina en una ciudad derruida que se parece a los personajes que habitan en ella. La oscuridad, la opacidad y la luz; la belleza y la fealdad. Todo imbuido en una especie de cocktail apenas propio para perderse, como Moudan, como Meimei.

El viaje laberíntico, como el del Minotauro de Borges, llega a su fin. Mardar encuentra a su sirena, la verdadera; y en el intento por rehacer el camino, la fuerza implacable del río aparece seductora y mordaz. Escupidos por las aguas, el mensajero y la pequeña descansan en la suavidad del pavimento como trofeo inequívoco del misterio líquido. 


Dirección: Lou Ye

Producción: Philippe Bober, Nai An

Guion: Lou Ye

Música: Jörg Lemberg

Fotografía: Wang Yu

Reparto: Xun Zhou, Hongsheng Jia, Zhongkai Hua, Anlian Yao, Nai An.

País: China

Año: 2000

Género: Drama

Duración: 83 minutos




Comentarios

  1. Qué hermosa película. Está claro que no se necesitan ni efectos especiales ni estrellas multimillonarias para construir una gran historia. Coincido con esa visión inicial que tiene nuestro protagonista sobre Meimei y que tú pones en paralelo con la Alejandra de Sobre héroes y tumbas. Tan lejos, pero tan cerca en esa visión de la mujer fatal y enigmática que pone patas arriba la vida de una persona.
    Maestro, qué buena reseña.

    ResponderBorrar
  2. Muchísimas felicitaciones primo hermano.Dios te Bendiga 🙏 siempre para que sigas plasmando con tú pluma,muchos más Obras literarias.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Nene, esto no es una canción de The Smiths [Sobre «(500) Days of Summer» (2009) de Marc Webb]

Es ese viernes luego del día 402 con tu Summer. Tienes cierta escena, digamos, tipo "Expectativas vs . Realidad". Estás tan convencido que puedes escuchar en tus adentros Hero de Regina Spektor. Entonces, la pantalla de tu vida se divide en dos, como un glitch en la matrix , una anomalía que muestra la divergencia entre tus sueños y la pared de la verdad ( Spoiler : no saldrá bien).  Eres el Tom Hansen de esta relación. Subes las escaleras, tocas la puerta y todo parece estar en orden. Ella abre y, desde aquí, las cosas ya no son como esperabas. No es igual el beso de bienvenida, ni la forma en que te conduce hasta la sala. No es igual la alegría al recibir tu regalo y definitivamente no es igual la animada conversación sobre el clima y el trabajo. Es aquí justo donde el programa de expectativas colapsa, y la desincronización entre lo que quieres y lo que realmente ocurre se hace evidente. Es un punto de ruptura, un crash emocional que encapsula la esencia de la vida: el c...

Qué lentitud; qué frío: llorar te lastimará más los ojos [Sobre «The Lobster» (2015) de Yorgos Lanthimos]

Es uno de esos días donde aún sin llover, sin asomarse alguna neblina, todo lo percibes en un azul silenciado. Estás sentado en un banco debajo de un árbol, esperando el bus. Frente de ti logras ver otros bancos, unos tres. Están libres. Mientras miras hacia ellos, sientes inquietud. Crees recordar que has estado, en otra ocasión, sentado junto a alguien mirando sillas vacías. Luego estás seguro que has escuchado una canción con alguien, mientras esperabas un bus. Parpadeas y te percatas de algo: esos asientos vacíos que estás viendo ahora mismo te inquietan tanto porque te producen una sensación de vacío; de que has perdido algo. Bueno, mirar The Lobster (2015) de Yorgos Lanthimos es algo similar a esta sensación. Cada vez que miro el poster de presentación de The Lobster en algún teatro no deja de estar esa sensación de vacío. Trabajar el espacio en negativo para crear el contraste de un hombre abrazando a otra persona —la cual no está— es algo que te resulta atractivo al instante,...

El Bates Motel te espera [Sobre «Psicosis» (1960) de Alfred Hitchcock]

 - ¿Eres feliz?  -No  -¿Sabes cómo puedes serlo?  -No - Teniendo dinero Entonces te envían a consignar 40 mil dólares en el banco y te acuerdas que no eres feliz. ¿Qué hacer? Fácil: te escapas con ese dinero y comienzas a serlo. Con esta ecuación sencilla arranca Psicosis , una de las películas más icónicas del cine de terror, dirigida por el legendario Alfred Hitchcock. Un aviso luminoso en medio de una carretera vieja en una noche oscura y lluviosa parecen ser la salvación de Marion Crane (Janet Leigh). El Bates Motel la espera con sus doce habitaciones vacías y con Norman Bates (Anthony Perkins) dispuesto a cenar con ella. Hasta aquí no parece que estuviéramos frente a un film de terror; solo algunos acordes de la banda sonora nos hacen presagiar que algo puede ocurrir. A eso mismo juega Psicosis , a crear una atmósfera de sugerencias a partir de artilugios psicológicos que mantienen en vilo al espectador. ¿Y después? Cuando vemos el cuchillo de matarife que s...