Estás sentado; frente de ti, sobre la mesa, hay un cubo de Rubik. Sólo puedes ver el lado frontal del cubo. No puedes moverlo; ni tocarlo. Pero si te levantas, podrás ver un lado distinto; el lado de visión paralelo al suelo. Si continúas moviéndote, mirarás los lados faltantes. Pero, hay un lado que no podrás ver: el que está boca abajo, en la mesa. Así es «Climax» de Gaspar Noé. Un Rubik que no puede ser tocado. Completado —y que no quiere serlo—. La cinta es clara. Pero, solo en una cosa: está escrita y filmada basada en sucesos reales. Pero, parece no estar dispuesta a contar algo. Sino, en mostrar. Gaspar Noé. Es cierto que los personajes hablan —y bailan— en lugares distintos del edificio, tanto que sorprende que los otros no escuchen. ¿Qué tan grande se hace la habitación, el hogar como para no sentirnos tan cercanos con el otro aún de que las voces en el espacio son audibles? El baile inicial, tras terminar el prelude de la cinta, donde los entrevistan, parece no tener mu...
El Gran Hotel Budapest (2014), dirigida por Wes Anderson, es una obra maestra que combina una estética visual impecable con una narrativa intrincada y un humor negro que roza lo absurdo. La película es un festín para los sentidos, tanto por su diseño de producción meticulosamente simétrico como por su diálogo ingenioso y su elenco estelar, que interpreta a los personajes con una precisión y un encanto que solo Anderson podría lograr. El humor, aunque oscuro, es uno de los pilares de la película. Anderson lo utiliza no solo para entretener, sino también para subrayar la absurdidad de las situaciones y la naturaleza excéntrica de sus personajes. Este tono cómico, a menudo cercano al surrealismo, se mezcla con una palabrería culta y modales exquisitos que contrastan irónicamente con la caótica trama. Ralph Fiennes, en el papel de Monsieur Gustave H., el conserje del hotel, es el sumario de esta dualidad: un hombre de mundo refinado y educado, pero también un personaje lleno ...